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15 de diciembre de 2012

CONSEJOS NAVIDEÑOS


En unos días comenzarán las fiestas navideñas y sinónimo de ellas son las numerosas comidas y cenas donde los excesos son la principal característica. Si por algo es conocida la Navidad es por el exceso de comidas y festejos que tienen lugar en estas fechas. Y junto a las grandes comilonas también son famosos los dulces navideños, que nos aportan infinidad de calorías. Por ello desde aquí quiero daros una serie de consejillos para que la cuesta de enero no se convierta en una verdades pesadilla. 

Empezaré recomendando 10 alimentos saludables que podemos incluir estas Navidades en nuestras comidas y cenas:
  • Mariscos: langostinos, centollas, langosta, gambas, bogavante son ingredientes que pueden conformar perfectamente nuestra cena de Navidad aportándonos proteínas de calidad, hierro, potasio, sodio y magnesio con poca cantidad de grasa.
  • Setas: son un alimento de temporada, muy rico en potasio, con gran contenido acuoso y muy pocas calorías por porción. Pueden integrar una guarnición, un plato principal o bien un aperitivo o una salsa.
  • Pescados grasos: son ricos en proteínas de calidad pero por sobre todo, son una gran fuente de omega 3, un ácido graso con numerosas virtudes para el organismo. Una pieza de salmón, atún, sardinas, anchoas u otro puede conformar perfectamente un plato de Navidad.
  • Frutos secos: son ingredientes perfectos para incluir en la mesa dulce o bien, como parte de los entrantes. Son concentrados en minerales y grasas buenas al mismo tiempo que nos ofrecen vitamina E con función antioxidante.
  • Frutas y verduras frescas: pueden ser parte de la decoración, de una guarnición o bien de un postre. Son ricos en agua, fuente de vitaminas varias así como de minerales y casi no aportan calorías pero si mucha fibra y color a los platos.
  • Carne de cerdo:  siempre que escojamos un corte magro como el solomillo o lomo, puede ser una fuente de proteínas de calidad, ofrecernos hierro y otros minerales y además, posee grasas de buena calidad para el organismo.
  • Frutas deshidratadas: los orejones, uvas pasas o higos deshidratados son una fruta concentrada en nutrientes a causa de la pérdida de agua. Por ello, nos ofrecen variados micronutrientes y sobre todo, gran cantidad de fibra y antioxidantes. Pueden incluirse en la mesa dulce como bocadillo saludable.
  • Mejillones y almejas: son una gran fuente de hierro y casi no poseen grasas. Por lo tanto, son otro ingrediente que podemos incluir en la cena de Navidad, sobre todo, entre los entrantes y platos principales.
  • Pavo: es una fuente de proteínas de calidad sin casi contener purinas, por lo tanto, se digiere fácilmente aportando un 25% de proteínas con poca grasa y mucho minerales como hierro, magnesio, fósforo y potasio. Sin duda es uno de los alimentos que se presenta como buen candidato para el plato principal.
  • Chocolate amargo: si escogemos un chocolate lo más puro posible, éste es fuente de polifenoles antioxidantes y de minerales como el potasio, selenio y magnesio. En poca cantidad puede ser un ingrediente saludable y muy sabroso para conformar la mesa dulce de Navidad.

Por supuesto, que todo dependerá mucho de la cantidad que consumamos, pero estos ingredientes que ofrecen buenos y saludables nutrientes al organismo, son un ejemplo de como en Navidad también podemos disfrutar de comidas saludables.

Otro hábito a la hora de mantener un poco la ingesta excesiva de alimentos en estas fechas, es la compensación alimenticia, que no es otra cosa que comer menos cuando hemos comido mucho y hemos abusado de cierto tipo de alimentos. Lo que queremos con esto es lograr establecer un equilibrio para así minimizar los efectos de los excesos en el organismo y lograr un mejor funcionamiento del mismo. Una comida navideña nos puede aportar fácilmente más de 2.000 calorías, sumando a todo esto la cantidad de grasas, colesterol y demás nutrientes que pueden ser perjudiciales para el organismo. El aporte graso de dulces y carnes, así como el alcohol que acompaña todas las comidas de estas fiestas, supone todo un reto para el organismo que lo tiene que procesas y digerir, haciendo que en estas fechas trabaje mucho más y esto nos pase factura. Por ello en este caso lo que debemos hacer es dejar descansar el cuerpo después de una comida copiosa, y la mejor manera de conseguirlo es siguiendo una dieta ligera y depurativa. El cuerpo tarda en asimilar correctamente los alimentos entorno a 24 horas, por lo que proponemos mantener tres comidas, que son más o menos las que componen la alimentación de veinticuatro horas, de ayuno tras una comilona, es decir,  realizar tres comidas ligeras por cada comida copiosa que hagamos. En estas comidas no entrará ni el alcohol, ni alimentos grasos, ni dulces, sino simplemente verduras, carnes fáciles de digerir como las blancas de ave, el pescado y por su puesto la fruta, ya que el organismo necesitará vitaminas para recobrar su estado normal. Es cierto que tres comidas debemos hacerlas con una dieta estricta y eligiendo bien los alimentos que no nos puedan dañar, pero después podemos abrir un poco la manga y comer poco a poco alimentos más fuertes y no basarnos solo en verduras y frutas. Desde luego que en Navidad no debemos hacer todos los días una fiesta en la comida, sino que solamente hay que convertir los días señalados en celebración, y el resto cuidar al máximo las comidas para reponer al cuerpo de los daños y el trabajo extra realizado.

Otra recomendación es no acudir a las comilonas con hambre. Es necesario que nos mentalicemos que solamente hay que comer lo que nuestro cuerpo necesite, y por ello la sensación de hambre no debe estar presente, pues nos incitará a comer más. Comer fruta entre horas o infusiones nos ayudará a mantener el estómago lleno y evitar los atracones innecesarios.

El alcohol es otro de los protagonistas de la Navidad, y es que no hay comida o cena que se precie en la que no esté presente, además de las salidas nocturnas que se vuelven más comunes, en las que el alcohol es un elemento habitual. Por ello es necesario que evitemos una ingesta masiva de éste, ya que nos aporta calorías vacías, haciendo que nuestro peso aumente sin darnos cuenta. Por ello en las comidas recomendaremos simplemente ingerir una copa de vino que alternaremos con agua. En cuanto a las salidas nocturnas lo recomendable es decantarnos por otras bebidas que no contengan alcohol en exceso.

Y finalmente y como siempre, mi mejor consejo es que no ceséis vuestra actividad física totalmente durante estas fechas. La gran mayoría de nosotros no practicamos ningún tipo de deporte durante la Navidad y aunque es una fecha para estar en familia, no hay mejor actividad social que el deporte. Podemos aprovechar para salir a pasear con nuestros seres queridos por el medio natural, recorrer la ciudad a pie viendo la decoración navideña, ir a patinar o montar en bicicleta por los parques, salir a bailar, jugar al golf, participar en alguna carrera popular como la San Silvestre... todas ellas muy buenas opciones a la hora de mantenernos activos y quemar calorías ante los excesos cometidos.

Poco a poco debemos acabar con la popular creencia de que comer sano y equilibrado es sinónimo de menos disfrute en la mesa.

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