El
cáncer de mama es la primera causa de muerte femenina por enfermedad en
todo el mundo. Hasta 400.000 mujeres mueren cada año por este motivo.
La Sociedad Americana del Cáncer, nos informa que según estudios
publicados recientemente, aproximadamente la mitad de las muertes por
cáncer, son perfectamente evitables mediante la práctica de hábitos de
vida saludables. También insiste, en que la mejor arma para luchar
contra esta lacra es la práctica deportiva. Sin duda, los beneficios de
un programa regular de entrenamiento, incluyen, el mantenimiento de
peso, la mejora de la presión arterial y una actitud mental positiva, el
ejercicio físico también logra detener la aparición de algunas
enfermedades. Varios de esos estudios han demostrado que la actividad
física, realizada de un modo regular, está relacionada con una menor
incidencia de algunos tipos de cáncer, especialmente el de mama y el
cáncer de colon, pero en otros muchos tipos es igualmente efectiva.
Numerosos
estudios demuestran que practicar deportes relajados ayuda a prevenir
la enfermedad, a hacerla más llevadera y a mantener el bienestar físico
una vez superada. El yoga
y el pilates son disciplinas que facilitan el aprender a respirar y a
relajarse para evitar el stress que genera la enfermedad, la
incertidumbre ante la espera de resultados o los cambios personales que
provoca el cáncer. El yoga reparador mejora el estado de ánimo, la
capacidad física, la calidad de vida y otros síntomas relacionados con
el tratamiento de pacientes con cáncer.
Un estudio publicado por la revista Breast Cáncer Research,
muestra que en las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de
mama, la práctica de tan solo 20 minutos de ejercicio más o menos
moderado al menos cinco días a la semana, junto con un hábito de vida
saludable lograban una reducción en la incidencia de esta enfermedad.
También se demostró que las mujeres postmenopausicas, que seguían un
programa de ejercicios moderado o intenso, mostraron cambios en sus
niveles hormonales, que generaron proteínas que disminuían la incidencia
de estos tipos de cáncer.
Así que ya tenemos una razón más para enfundarnos las zapatillas de deporte. Nunca es demasiado tarde para comenzar un programa de ejercicios y los
beneficios para nuestro cuerpo son innumerables en este y otros campos
de nuestra salud. La buena noticia es que no importa cuando comencemos,
el deporte a cualquier edad nos va a producir salud y bienestar, eso es
algo que se descubre rápidamente. El deporte es
una gota más en la intención de llenar el vaso de la esperanza, del
deseo de superar por fin una enfermedad dañina, quizá la peor de todas.
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