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17 de febrero de 2013

SAUNA & BAÑO TURCO

 
Después de unos días desconectada del mundo, disfrutando plenamente de mi querido y añorado país, vuelvo con vosotros para hablaros de un tema que espero que os interese, la sauna finlandesa y el baño turco.

Hoy he vuelto al gimnasio, a mi rutina de entrenamiento, y siempre que acabo y me voy a la ducha, me gusta abrir las puertas del baño turco y de la sauna que están justo en frente, para comprobar día tras día lo mismo... están vacías!!! Y es que nunca, jamás he visto a nadie haciendo uso de ellas. Y me pregunto si será por falta de tiempo, por desconocimiento, por desagrado, porque con el calor de Dubai no apetece mucho... En fin, sea como fuere dan un aspecto de nuevas que me transmite pena, así que desde aquí os quiero justificar los múltiples beneficios que pueden aportarnos y animaros a que hagáis un buen uso de ellas.

Comenzaré hablando de la sauna finlandesa, que como su propio nombre indica tiene su origen en Finlandia hace más de mil años. El calor de la sauna finlandesa se obtiene al calentar piedras no areniscas con resistencias eléctricas, que hacen que las piedras lleguen al rojo vivo y desprendan el calor seco y su fin, es administrar calor al cuerpo para producir transpiración, con fines terapéuticos y/o higiénicos. En la sauna finlandesa se utiliza calor seco, que ronda los 80-100 grados, mientras que la humedad relativa no llega al 15%, lo que propicia una abundante sudoración por parte del cuerpo como mecanismo de refrigeración.

Entre los muchos beneficios que su uso puede aportarnos destacamos los siguientes:  
  • Sobre el sistema cardiovascular; el calor hace que aumente el ritmo cardiaco y la vasodilatación, influyendo a su vez sobre el metabolismo muscular, que se acelera. El calor dilata los vasos capilares de la piel para mantener la presión sanguínea por el aumento de la temperatura, que se multiplica por dos, lo que hace que se incremente la circulación sanguínea en la superficie de la piel. Es por esto que se produce un efecto similar al que se consigue caminando rápido.
  • Elimina toxinas; al abrirse los poros para eliminar el sudor se eliminan impurezas de la piel teniendo así una dermis más bonita. También en el propio sudor que sale se eliminan productos de desecho como metales pesados como plomo, mercurio, níquel, cadmio… además de sustancias como el alcohol, la nicotina, el ácido sulfúrico y puede llegar a ser una buena aliada para combatir el colesterol.
  • Mejora la respiración; se despejan las vías respiratorias al hacer más fluida la mucosidad. Se ha comprobado que en personas con enfermedades respiratorias obstructivas mejoran de manera transitoria sus funciones corporales. Si además, al llevar a cabo una sesión de sauna, utilizamos aceites esenciales como mentol o eucalipto, el vapor que se libera será muy beneficioso para nuestros pulmones, ya que abre los bronquios y los despeja.
  • Influencia sobre las articulaciones; el calor, aumento de la circulación y producción de endorfinas alivia el dolor y molestias articulares.
  • Importancia en el deporte; ayuda a recuperar a los músculos y el organismo después del esfuerzo, ya que aumenta el riego al músculo y permite recuperarse de los procesos catabólicos sucedidos durante el ejercicio. También mejora las dolencias osteo-musculares, disminuyendo el dolor.
  • Poder relajante; las altas temperaturas consiguen que nuestros impulsos nerviosos se ralenticen, con lo que conseguimos una mayor calma. Además, nuestro cuerpo libera endorfinas que nos ayudan a combatir el estrés y el insomnio. Nos sentimos más relajados y tranquilos pudiendo conciliar mejor el sueño.
  • Regeneración celular de la piel; las altas temperaturas y la elevada humedad estimulan el riego sanguíneo y con él la regeneración celular de la piel, mejorando en muchos casos lesiones dérmicas o enfermedades cutáneas. 
  • Efecto diurético; esta eliminación de líquidos ayuda a reducir la celulitis y las adiposidades. Además, conseguiremos efectos beneficiosos en nuestro sistema locomotor y articular, pues la eliminación de líquidos ayudará en torceduras, neuralgias, rigidez articular, espasmos musculares… No debemos olvidar también que es un buen aliado contra la artritis. 
 
Como siempre, a la hora de usarla, debemos tener en cuenta una serie de precauciones y/o recomendaciones:
  • El aumento de ritmo cardiaco que se produce hace que esté desaconsejado en ancianos, embarazadas y personas con problemas de salud (hipertensión, cardiopatía, varices...).
  • Si es la primera vez que entras en una, se recomienda que no superes los 10 minutos para evitar bajadas de tensión.
  • También deben evitar la sauna personas que sufran de enfermedad bronquial severa, epilepsia, anorexia o cólicos renales.
  • Si es la primera vez que tomas una sauna hazlo siempre en compañía de alguien experimentado y no estés mucho tiempo en la sauna.
  • Si vas a darte una sauna después de hacer ejercicio espera 15 minutos o haz un baño de agua fría para que tu temperatura descienda y así evitar un golpe de calor.
  • No te olvides de beber agua al salir, ya que vas a someter al cuerpo a una continua deshidratación. Y evita entrar a la sauna si tienes excesiva hambre o acabas de comer.
  • Al inicio sitúate en los asientos más bajos y procura tumbarte para que todo tu cuerpo esté a la misma temperatura.
  • Evita realizar ejercicios o hablar en exceso durante la sesión, ya que de por sí el sistema cardiaco y pulmonar están sobrecargados.
  • Lo habitual es salir cada 12-15 minutos de sauna para refrigerar al cuerpo con agua fría y así hacer una vasoconstricción que recuperará la presión arterial.
  • Antes de salir si estás tumbado incorpórate lentamente y mantén la posición de sentado durante un minuto para que la circulación se restablezca y al levantarnos no nos de un pequeño mareo o síncope.
  • No es recomendable tomar más de dos sesiones semanales.
 
Al igual que la sauna finlandesa, el baño turco o hammam se sirve del calor para producir beneficios en el cuerpo, pero en este caso el calor suministrado es a través de calor húmedo, con vapor de agua. La temperatura es inferior a la sauna seca, oscilando entre 25-50 grados según la altura, y la humedad relativa del 99%, con lo que el ambiente está saturado de vapor de agua e impide el proceso de sudoración, por tanto en el baño turco se suda menos que en la sauna finlandesa. En este tipo de sauna el calor se genera al calentar agua y evaporarse a lo largo de toda la sala, creando una especie de neblina, que al posarse sobre la superficie corporal formará gotas asemejándose al sudor, haciendo la función de dispersar el calor y refrigerar el cuerpo.

Sus principales beneficios son: 
  • El calor acelera las funciones metabólicas, aumentando la respiración, la frecuencia cardiaca y estimulando por tanto el sistema nervioso y hormonal. El vapor produce una equilibrada dilatación de los poros, que elimina toxinas e impurezas. 
  • Al dilatarse los poros y entrar el vapor de agua se produce una limpieza de la piel, quedando suave.
  • Al humidificarse las vías aéreas se produce un efecto expectorante, útil en situaciones de resfriado, tos, sinusitis y otras afecciones del sistema respiratorio.
  • El sistema cardiorrespiratorio aumenta su capacidad de intercambio de oxígeno y ventilación, produciéndose beneficios en los procesos de recuperación de esfuerzo.
  • Influye en la limpieza de los genitales femeninos y alivia los síntomas de la menstruación por la acción del calor.
  • Indicado para adolescentes con problemas de acné al limpiar los poros en profundidad. También útil antes del afeitado al suavizar la piel.
  • Es menos estresante para el organismo que la sauna seca o finlandesa, tiene más efecto de relax, aunque al inicio hay que acostumbrarse a la sensación de agobio que produce el respirar aire tan saturado de vapor de agua.
  • Al igual que la sauna seca se alterna con baños de agua fría y con la peculiaridad que también se suelen introducir sesiones de masaje, de ahí el efecto aún más relajante.
 
Respecto a la precauciones que debemos tener en cuenta, éstas son prácticamente las mismas que hay que tomar para la sauna finlandesa.

Qué os parece? Os he convencido? Ya las usas habitalmente?...

Como siempre, cualquier comentario o pregunta serán bien recibidos en alicia.personaltrainer@gmail.com